lunes, abril 14, 2008

“Le dije a Scioli que no podía dejar lo que tengo”

Cumplió, en marzo, 70 años. Es un personaje reconocido dentro y fuera del deporte. Hizo reír a propios y extraños con frases desopilantes, como cuando en medio de un partido le dijo a una fiscal que investigaba la presunta ingesta de productos antideportivos: “Señorita, usted está equivocada, esta bebida no tiene alcohol, tiene gatorei”.

Pero los flashes no lo apuntan ahora por su fama como entrenador, jugador o periodista. Sino porque desde hace tres meses está al frente de la Secretaría de Deportes de la Provincia de Buenos Aires.

Mientras atiende a PERFIL Bilardo se prepara para partir. En pocas horas saldrá rumbo a Kuala Lumpur, Malasia. En un departamento con vista al Obelisco, el doctor tira: “Recién llego y ya me voy, mi señora me va a matar”. Recién llega de una mini gira por Suiza, España e Italia. Y ya se sube al avión. Su objetivo: dar clínicas de fútbol, tarea para la cual es contratado en todo el mundo. Empieza a hablar de su agenda. La radio, el canal, la FIFA, las clínicas. Y la Secretaría de Deportes.

—¿Cómo hace para compatibilizar todas estas actividades?
—No sé, qué sé yo... La radio no la quiero dejar, ya son once años, es mucho. Y lo de Fox es a la tarde, pero es para estar en contacto con el deporte. Porque si no me cuelgo con la cancha, y en cambio así sé que los domingos tengo que ir. Hago el clásico. Pero no falto mucho. Y a la radio no falté nunca, ni en verano, ni en invierno. Salí hasta del avión.

—¿Y qué pasa con la Secretaría de Deportes cuando usted no está?
—No me voy mucho. Por ejemplo, ahora me voy de domingo a domingo. Una semana. Voy y vuelvo. Yo más de una semana afuera no estoy. Y se quedan los muchachos. Tengo todo arreglado.

—De la actividad privada y la pública tiene ingresos por distintas vías.
—Sí.

—¿No le parece incompatible?
—No, porque en la radio, por ejemplo, no hablo de política. Es un espacio en el que hablo de fútbol nada más. En Fox, tampoco. Lo político no hablo nada. No voy a utilizar un medio para hacer política.

—Incluso hasta legalmente hay incompatibilidades.
—No sé. A mí me dijeron que lo podía hacer y lo hice. Si me dicen que no, voy a ver qué hago. Por ahora me dijeron que sí. Esto lo hablé con (Daniel) Scioli. Le pedí dos cosas para aceptar. Una, depender directamente de él. Y la otra cosa que le dije es que no podía dejar lo que tengo. Me dijo que le diera para adelante. “Vos no dejes de ser Bilardo”, me pidió.

—La Ley de Ministerios establece incompatibilidades al respecto.
—Qué sé yo. Duhalde hacía una hora por Radio Provincia. Yo cuando me ofrecieron el cargo les dije: “Yo la radio no la largo, y Fox no lo largo”. Mientras no me digan “acá está la ley, tenés que elegir”, yo sigo.

—La ley está, es legalmente incompatible.
—Si es así, tendré que pensarlo. Yo legalmente no entiendo mucho. De medicina puedo saber un poquito, de fútbol puedo saber un poquito, pero legalmente no sé nada, cero. Yo he firmado contratos sin mirar. En eso Mauricio Macri tiene razón: siempre me decía “leé, Carlos”. “No puedo leer Mauricio –le decía–, ya leí. Leí medicina, tomos de mil páginas, estoy harto de leer, además no entiendo el vocabulario de los abogados...” Confío en las personas. Me decís o sí o no. No me vengan con vueltas, que las cláusulas, la novena, la tercera.

—Nos llegó la información de que la Secretaría de Deportes, a través del Instituto de Lotería, había hecho publicidad en el pentagonal que transmitió Fox. ¿Es así?
—Sí.

—Y ahí no encuentra usted una incompatibilidad.
—No. Yo al que venga trato de darle una mano. Eso lo hizo Lotería, puso el dinero.

—Me refiero a que usted está en esa cadena y al mismo tiempo consigue la publicidad.
—Y... pero yo no puedo dejar. Es un trabajo que tengo desde que empezó Fox. Yo vivo de esto. No vivo de otra cosa. No estoy en los pases de los jugadores. No soy empresario. Recomiendo. Nunca toqué un centavo que no me correspondía. Si quiere venir el Banco Provincia y poner publicidad, que ponga. No tengo problema. Banco Provincia pone en la radio y no tengo nada que ver.

—Lo que tenía entendido es que la Secretaría hizo publicidad a través del Instituto.
—No, me cuelo en todas. Pero no pongo un peso. Soy obrero. Llevo la bandera de la Secretaría a Malasia. La publicidad cada uno la pone donde quiere. Yo no pongo un peso de publicidad. No tenemos para publicidad, por ahora. Ojo. Hoy tengo un sueldo.



fuente: Perfil

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