viernes, abril 11, 2008

La Historia increíble de Osvaldo Suárez

UN ACTO DE SENSATEZ POLÍTICA
A principios de esta semana al saberse la nómina de personas que llevarían la Antorcha Olímpica por 13 kilómetros de las calles de Buenos Aires nos enteramos que entre ellas no estaría el gran atleta Osvaldo Suárez, como también otras grandes figuras del deporte nacional (Nicolao, Rendo, Bilardo, básquetbolistas ’56, ’96 o ’04, Silio) participantes de distintos Juegos Olímpicos.


Enseguida se produjo una gran protesta que comenzó desde el Movimiento Social del Deporte (MSD), del cual Suárez es uno de sus integrantes, esta protesta tuvo gran repercusión en los diarios Crónica e Infobae, y pequeñas menciones en los grandes diarios. La crítica fue creciendo en Telám y en radios, especialmente del interior del país y hasta en páginas del MERCOSUR escrita por el historiador y periodista Fernando Del Corro. También los miles de emails que iban de un lado a otro entre ex atletas, dirigentes del atletismo y amigos del querido y querible Don Osvaldo reclamando por esta injusticia.

Hubo también muchos silencios llamativos, que ante otros acontecimientos menores, siempre aparecían con sus quejas y protestas. Legisladores, a los cuales el MSD, les solicito un pedido de Informes o la Asociación de Atletas o de Entrenadores, que salen a criticar luego de malos resultados en algunos Juegos, que últimamente son habituales.

Mientras todo esto ocurría un Suárez, humilde como siempre, seguramente con mucha bronca interior, seguía en la pista, que lleva su nombre en el CENARD, dando clases a sus alumnos de atletismo, explicaba una y otra vez, que él creía merecerse esta designación.

Y pergaminos no le faltaban. Varias veces campeón argentino, 12 veces campeón sudamericano, 5 medallas de oro y 2 de plata en Juegos Panamericanos, 5 veces campeón Iberoamericano, 2 veces participante olímpico (7º puesto en Roma) y records para argentina de la milla, 1500, 5000, 10.000, media maratón y Maratón, entre otros.

Pero el Comité Olímpico Argentino (COA) había excluido a Osvaldo Suárez, por segunda vez, en su historia. La primera en 1956 cuando el gobierno de la dictadura de la "Revolución Libertadora" a través de dicho Comité, lo bajo de la delegación a los Juegos Olímpicos de Melbourne por el “sólo delito” de ser peronista, cuando por sus tiempos tenía la posibilidad de ser oro olímpico. Ahora, 52 años después, no lo incluía entre los portadores de la antorcha, sin que se sepa porqué.

Y la sorprendente “familia olímpica argentina” del COA, como a ellos mismos les gusta llamarse, integrada por ex miembros de la última dictadura, familiares de “dirigentes o ex deportistas” sin deportes conocidos, “master en viajes al exterior”, ex funcionarios a cargos de deportes que ni siquiera conocen sus reglamentos, periodistas amigos, y todos aquellos que se niegan a expresar algo por las dudas, etc, etc., no contestaban una palabra, sobre las designaciones y por lo bajo culpaban de la lista a los funcionarios municipales.

Quien escribe esta nota, seguramente ya el lector descubrió, no es “muy objetivo” con respeto al “honorable COA”. En el año 1992, luego de los Juegos Olímpicos de Barcelona, el presidente del COA me envió un telegrama para iniciarme un juicio, porque lo había llamado “mentiroso”. Al contestarle con una carta documento su intimación, que no me rectificaba de mis palabras, porque tenía los documentos para aseverar mis dichos., nunca más tuve noticias del posible accionar legal.

Salvada esta pequeña licencia personal, vuelvo a Don Osvaldo, el gran personaje de esta Historia.

Después del mediodía del jueves 10 de abril el maestro Osvaldo Suárez, había recibido en su casa de Wilde, un llamado desde el Comité Olímpico para hacerle llegar una tarjeta de invitación para presenciar los festejos en el anfiteatro “Nini Marshall” de la Costanera Sur y en el Club Hípico Argentino. “Realmente una broma de mal gusto”. O una nueva agresión a la que ya esta acostumbrado el único argentino, triple vencedor de la San Silvestre, similar a lo realizado durante tantos años a otros grandes deportistas (caso Mary Terán de Weiss, Walter Lemos, Delfo Cabrera, etc.) por el sólo hecho de tener una ideología política.

Por supuesto que Don Osvaldo rechazó la invitación de quien lo llamaba, ¿un “intrépido” o un “ignorante”?, seguramente “un ignorante de la trayectoria” de Osvaldo en el Deporte Argentino.

Pero ya en el anochecer de ese día, quien esto escribe, recibió un llamado de un feliz Osvaldo Suárez, que me contaba agitado, que lo acababan de llamar desde la Subsecretaria de Deportes de la Ciudad, un funcionario llamado Ramiro, y le pedía disculpas por no haber sido incluido, que había sido un error involuntario y lo citaban a las 10 horas de hoy viernes en Puerto Madero, para ser parte de los nominados en llevar la ya “polémica antorcha” de los Juegos de Beijing 2008 en nuestro país.

Entre tanta injusticia un cacho de sensatez.

Por: Víctor F. Lupo*
Integrante del Movimiento Social del Deporte

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