Avanza la presión política para sacar de la escena a Blanquiceleste

El interventor García Cuerva acusó a la gerenciadora de no pagarles a todos los acreedores; un frustrado intento de reunión con De Tomaso.

Después del convulsionado jueves que vivió Racing, en su escenario institucional se mantuvo ayer un conflicto cuya resolución es incierta: el interventor flamantemente designado, Héctor García Cuerva, se expresa como si diera por descontado el éxito de su misión, la de desplazar a Blanquiceleste de la vida del club; pero desde la empresa gerenciadora, Fernando De Tomaso no da señales de resignarse a aceptarlo. De hecho, ayer, sobre el mediodía, García Cuerva anticipó que se reuniría por la tarde con el empresario, pero el encuentro no se produjo. "Será el lunes", afirmó el funcionario designado por el gobierno bonaerense para tomar cartas en la entidad de Avellaneda. Un panorama al que no le falta incertidumbre, porque la puja de poderes y supuestos derechos promete extenderse.

Fuera de hechos concretos, que en principio se anticipan para los próximos días hábiles -más allá de lo que el ambiente proponga hoy, cuando el equipo juegue en el Cilindro con Gimnasia LP (ver aparte)-, lo que sí se registró ayer fue un avance en el cerco político en derredor de Blanquiceleste. Hacia el mediodía, García Cuerva dio un paso más en ese sentido al señalar que la empresa no cumplió con su obligación fundamental: "No se les pagó a todos los acreedores con deuda verificada", señaló en el programa Estudio Fútbol, de TyC Sports . La seria acusación choca contra lo que se sostuvo desde siempre en la empresa acerca de que sólo falta cubrir una cuota de los créditos de la quiebra.

Las palabras de ayer de García Cuerva, que llevó adelante su primer período como interventor de la Academia entre abril de 2000 y febrero de 2002, sonaban como de quien siente que ya ocupa un espacio de poder concreto en la vida de Racing. "El cúmulo de incumplimientos de Blanquiceleste -comentó- da para rescindir el contrato. La empresa emitió innumerables cheques sin fondo, tiene pedidos de quiebra, conflictos societarios, un pedido de intervención de la Inspección de Personas Jurídicas y de la justicia de la capital. Exhorto al señor De Tomaso a darse cuenta, para hacerlo de manera pacífica y que no haya nada traumático. Además de aquel incumplimiento patrimonial hay otro deportivo, porque el contrato lo obligaba a formar un equipo competitivo, y el promedio de los últimos tres años nos colocó en la zona de Promoción... A mediano plazo, nuestra misión será el levantamiento de la quiebra, la institucionalización del club y llamar a elecciones."

De lo poco nuevo que sucedió ayer, lo más sugestivo fue el hecho de que no haya llegado a término la citada reunión que García Cuerva intentó concretar con De Tomaso. Salvador Azerrad, ex futbolista de Racing e integrante de la agrupación de socios conocida como Mesa de Enlace, dio su versión al respecto: "No lo encuentran. No aparece. Por eso no pudieron hacer la reunión", apuntó. Para ese encuentro que deberá forzar, García Cuerva no descartó un eventual acuerdo con De Tomaso "que reconozca la rescisión, pero postergue la discusión sobre quién tiene derechos sobre tal o cual cosa".

A propósito de Azerrad, fue uno de los voceros de la mirada recelosa que cae sobre García Cuerva en la comunidad de hinchas agrupados. "Hay que tener mucho cuidado con él, que ya estuvo en la institución en un paso previo al gerenciamiento. Para nosotros no es un chiste que este hombre esté ahí, sobre todo, porque en Racing siempre se apuesta a que todo se olvide", señaló. García Cuerva rescató lo sucedido en aquel primer período: "La situación era absolutamente distinta; se invirtió dinero, se cumplía con las obligaciones y se formó un equipo competitivo".

El plan de la intervención, impulsado por el poder político que opera con el patrocinio del ex presidente de la Nación Néstor Kirchner, es ceder la administración del club al órgano fiduciario y reclutar empresarios que, hasta que se normalice la situación institucional del club, aporten dinero para formar un equipo. Entre quienes lo impulsan suena como cosa juzgada, pero antes habrá que afrontar un conflicto que no parece sencillo.


fuente: La Nación