lunes, noviembre 12, 2007

Se cumple otro aniversario de la muerte de Gatica


El 12 de noviembre de 1963 moría el mítico boxeador argentino aplastado por las ruedas traseras de un colectivo. Tuvo todo pero se quedó sin nada. Y se convirtió en uno de los máximos ídolos del deporte argentino.

Muchas son las historias que se han escrito sobre el inolvidable boxeador argentino José María Gatica. Muchas de ellas se han convertido en leyendas, e incluso sirvieron para que se filmara una película dirigida por Leonardo Favio.

Se cuentan miles de anécdotas, entre las que se destacan las que demuestran su “bolsillo fácil” para responder a todos los “mangazos” que le hacían los amigos circunstanciales, esos amigos del campeón…

Pero también el Mono Gatica, que tuvo una infancia pobre y desamparada, gastaba mucho en realizar desplantes, como cuando en una academia de baile en el Parque Japonés a la que asistía, notaba que algunas de las mujeres no lo trataban del todo bien.

Entonces, Gatica fue a un banco, puso mil pesos en billetes a cambio de una bolsa de monedas de cinco centavos, por el mismo valor. Con dicha bolsa se dirigió a la academia y las arrojó todas al piso, diciendo: “Acá tienen, ustedes no valen ni cinco guitas…”.

En otra oportunidad, y viendo que un humilde cuidador de autos cercano al Luna Park tenía sus pantalones rotos, le hizo tomar sus medidas y al otro día le regaló una docena de pantalones nuevos, de distintos colores. Una semana más tarde, el cuidador volvió a utilizar aquéllos pantalones rotos. Nadie supo qué hizo con los nuevos.

También se cuenta que en una casa que alquilaba en el barrio de Avellaneda, pasaba un frutero con su carrito al que le pidió que todos los días le dejara una canasta con todo tipo de frutas. Le dio el dinero correspondiente y el frutero, aprovechando que era el famoso Gatica, le pidió 200 pesos para pintar su carromato de madera. El Mono le dio 500, para que quedara mucho más lindo. A partir del día siguiente, al frutero no se lo vio nunca más por Avellaneda.

Además de regalar cientos de trajes a amigos, también instaló negocios a varios familiares, fracasando todos.

El triste adiós
José María Gatica falleció en noviembre de 1963 a raíz de un accidente de tránsito. Hacía varias décadas que había perdido todo lo que ganó a las piñas, sobre un ring. Y ya no tenía a su lado a esos “amigos” que lo esquilmaron económicamente.

Apodado el “Mono”, fue uno de los pugilistas más extraordinarios que dio la Argentina. Fue un hombre de una personalidad tan desbordante como controvertida. En realidad, Gatica, tremendo peleador sobre el ring, tuvo un espíritu de niño, y con ciertos complejos surgidos de una niñez con muchas carencias.

En su biografía, "Gatica y yo", escrita por Jorge Montes, se relata una anécdota que lo pinta entero. No tenía miedo a pelear con nadie, aunque padeció situaciones ridículas, como cuando era muy joven y debía enfrentar a un rival de 27 años.

Gatica se negaba a enfrentarlo porque tenía la edad de su cuñado y éste “le daba la biaba”.

Y relataba su por entonces manager, Lázaro Koci, que una vez el "Mono" le confesó que un boxeador, en el gimnasio, siempre lo provocaba. Fue allí cuando Koci le trabajó la moral, diciéndole: "Usted a ese le gana arriba del ring y en la calle también. ¡Fájelo y chau!".

Al día siguiente, Gatica le comentó a Koci: "Lo fui a buscar y le dije que saliera a la calle para pelear. Y nos fuimos a la cortada de Pavón. Pero cuando íbamos caminando me convidó con una pastilla y al final terminamos amigos...".

José María Gatica tenía una imagen exterior de máxima dureza, pero en su interior se escondía un hombre de mucha ternura e ingenuidad.

La verdadera historia
Del inolvidable pugilista argentino, José María Gatica, se tejieron innumerables historias por sus extravagancias, dentro y fuera del ring, de sus complejos con su gran rival, Alfredo Prada y del descalabro financiero que lo hizo vivir sus últimos días en la pobreza, además de su trágica muerte.

Se escribieron biografías y se filmó una película sobre su vida que describieron su manera de ser. Pero también pasaron de boca en boca anécdotas que se convirtieron en falsas leyendas.

Por ejemplo, cuando en los Estados Unidos enfrentó al campeón del mundo de los livianos, el moreno norteamericano Ike Williams, el “Mono” venía de ganarle contundentemente a Terry Young, en Nueva York, y entonces en la Argentina había gran expectativa.

La posibilidad de enfrentar al campeón, se hizo posible el 5 de enero de 1951, en el Madison Square Garden. Muchos repiten que ese combate fue por el titulo, pero nada más falso: sólo fue una enfrentamiento a 10 rounds.

Y como esa pelea duró menos de un asalto, porque Ike Wilimas venció a Gatica por nocáut tras derribarlo en tres ocasiones, los “contras” del “Mono” aseguraban que éste le había ofrecido el mentón al campeón, en un acto de pura “fanfarronada”, hecho que fue aprovechado por Williams para noquearlo.

Totalmente inexacto. La verdad es que Gatica estaba mal entrenado pero muy confiado en sus posibilidades, pero nunca “regaló” la pelea dentro del ring.

Incluso el mismo Ike Williams confesó muchos años más tarde: "Gatica era chiquito y fuerte, pero avanzaba desarmado. Eso sí, jamás me puso la cara. Gatica pudo haber sido cualquier cosa, pero no fue estúpido...".

Uno de los rivales que José María Gatica más empecinado estaba en ganarle era el mendocino Valeriano Mesa.

La primera vez que se enfrentaron fue el 13 de marzo de 1948, en Buenos Aires: el “Mono” Gatica ganó por puntos en 10 rounds. La revancha se hizo el 29 de enero de 1949, en Mendoza, y allí Valeriano Mesa, entre su gente, logró un empate en 10 asaltos.

Con la sangre en el ojo, Gatica quiso un nuevo combate, en el Luna Park. Y prometió al periodismo ganar por nocáut en el primer round: "para que no escriban, ni digan, giladas", señaló.

Pese a que le pidieron que lo dejara "durar"” a Mesa, el 14 de mayo de 1949 Gatica lo durmió en apenas dos minutos.

Pero para un desquite completo, un año más tarde, el 6 de mayo de 1950, Gatica peleó nuevamente con Mesa, pero en Mendoza, ganándole por nocáut en el 8vo. round. Y se terminó el pleito...

Un tigre...
José María Gatica, el Mono (odiaba que lo llamaran así), también era conocido como El Tigre.

Después de una exitosa carrera en el campo amateur, siendo campeón argentino de veteranos en la categoría pluma, y tras obtener el torneo Guantes de Oro realizado en Lima, Perú, se hizo profesional.

Debutó en el campo rentado el 7 de diciembre de 1945, enfrentando a Leopoldo Mayorano. Ganó por nocaut en el primer asalto.

Su récord profesional fue el siguiente: combatió en 95 oportunidades, de las cuales ganó 85. Empató 2 veces, tuvo una sin decisión y perdió en 7 oportunidades. Se retiró en 1956. Nunca fue campeón argentino.
fuente:Infobae

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