martes, marzo 18, 2008

Los clubes se debaten entre la barbarie y la sinrazón

La muerte del simpatizante de Vélez, Emanuel Álvarez, de 21 años y la gresca generalizada ayer en las cercanías de La Bombonera, entre barras de Boca donde los 180 detenidos fueron liberados agudizó un escenario signado por la violencia.

El fútbol argentino cotizado por sus futbolistas, expresa hoy a una sociedad conmovida por la violencia que envuelve a una parte de la mayoría de las hinchadas. La agresión seguida de muerte le resta sentido a la belleza del fútbol.
Los organismos de seguridad deportiva no han modificado la realidad.

Hace medio siglo el periodista Dante Panzeri, escribió: "El fútbol es un espectáculo en el que pocos viven muy bien y muchos mueren por él". Había caído muerto el joven estudiante Alberto Linker, de 18 años. El periodista Amílcar Romero, citó el primer antecedente de muerte en la cancha como libro.

Era la primavera del ´58 y en la cancha de Vélez un policía disparó a la tribuna de River, una pistola lanzagases -proyectiles de metal con forma de torpedo- impactando en la cabeza del hincha que había acompañado al vecino.

El partido Vélez-River se suspendió a los 41´ del segundo tiempo. El crimen no fue esclarecido.

Hace 50 años los clubes eran verdaderos sitios de recreación con una vida social que envidiaban otros países. Sólo en la Capital Federal habían proliferado unos 1.500 clubes de barrio. Esas instituciones no bajaban de los 50 mil socios. Ayer, hasta una chica fue herida en Santa Fe, Colón-Argentinos.

Según datos oficiales River a fines de 1957 tenía 61.577 socios -el millonario había ganado tres campeonatos al hilo- y Boca, campeón en el ´54, orillaba 45.675 socios. Independiente, otro "grande" con destacadas campañas en los '50, alcanzó la cifra de 40.895 asociados.

Hoy, todo se redujo en dos terceras partes y existen casos como Newell´s que en el ´57 superaba los 20 mil socios y actualmente carece de vida social. En 1958 la Argentina rondaba los 20 millones de habitantes casi la mitad de la población actual.

En 1959, cuando ganó brillantemente San Lorenzo, el club de Boedo se ubicó cuarto con 40.153 simpatizantes que pagaban la cuota. La primera reflexión: si en cada caso iban todos no había para los visitantes. Racing tenía 36.900 socios y Vélez 29.310. Curiosamente, el club de Liniers los mantiene.

Entre los ´50 y 60 la asistencia a los estadios fue masiva. Un promedio que surge de la época indica que sólo de entradas populares ningún partido bajaba de las 10 mil entradas generales.

En 1947, en la época dorada se vendieron 3.543.851 entradas en 240 partidos. El promedio dió 14.766 entradas populares por encuentro. Fue campeón River cuya delantera con José Manuel Moreno, Alfredo Di Stéfano y Angel Labruna promedió tres goles por partido. Después vino el éxodo a Colombia.

En el ´59, un partido entre Platense y Bánfield produjo un récord de público en Primera B. La mayoría de los partidos se jugaban con mucha gente y no existía ni la violencia actual ni el fenómeno de la televisación global. "La violencia sobrevino con la dictadura", sostiene una corriente de opinión.

Jose Francisco Sanfilippo, una de las figuras del fútbol argentino de aquél tiempo, dijo a Télam que "el problema supera a la dirigencia de los clubes y a la AFA. misma". Sanfilippo, de 71 años, agregó que "debe intervenir el Estado nacional". El "Nene" hizo más de 200 goles para San Lorenzo de 1955 al ´62.

El dirigente de Vélez Sársfield, Raúl Gámez, reiteró sus críticas al "actual sistema imperante en la conducción del fútbol argentino, donde sólo se priorizan negocios y no la esencia misma del fútbol; sus clubes y asociados", dijo.

"Las barras aparecieron con la industrialización del fútbol, en los ´60" describió a Télam, Amílcar Romero autor de varios libros de investigación periodística sobre (la violencia y muerte en las canchas). La cifra de muertos por el fútbol supera los 250 en 50 años.

"Los equipos rosarinos fueron verdaderas escuelas de fútbol y sus clubes eran modelos de instituciones. Desde hace 15 años la dirigencia rosarina ha llevado tanto a Rosario Central como a Newell´s a la actual situación", comentó Alfredo Obberti, ídolo rojinegro con 90 goles entre 1970 y el ´74, campeón.

"Antes, desde la misma pobreza nacían los mejores jugadores y también los boxeadores", reconoció Juan Carlos Guzmán, ex defensor de Chacarita, Independiente y River. "Ahora, en las villas miserias proliferan (pibes chorros) y el fútbol es un imán para todos", concluyó.


fuente: Télam

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