sábado, julio 28, 2007

Pasaron 1300 controles y ningún doping en Río

RIO DE JANEIRO.- Ya pasaron 1300 controles antidoping. No sólo están incluidos los medallistas. También se buscó por sorpresa a varios atletas en la Villa Panamericana.Aún hoy, cada tanto, un grupo médico se acerca a cualquiera de los edificios en Barra da Tijuca, pregunta por el jefe de Misión y pide que se acerque el deportista sorteado, que debe cumplir con el análisis. Pero no hubo ni un caso positivo. Sólo se mencionó un par antes de empezar Río 2007, en búsquedas preventivas.

En la primera semana de los Juegos Panamericanos, la Wada, la Agencia Mundial Antidoping, entidad que dirige el canadiense Dick Pound, instaló puestos en algunas de las sedes de la competencia. Se repartieron libros y folletos casi como si se tratara de una promoción de una causa religiosa o que define un mundo perfecto, ideal para el deporte. Eso es todo lo que se supo del doping.

Seguramente ya estará cansado Eduardo Rose, presidente de la comisión médica de la Odepa (Organización Deportiva Panamericana), de las preguntas de cientos de periodistas: "¿Todavía ningún caso?", "¿No le parece extraño?" Se calcula que ya se invirtieron más de cuatro millones de dólares en los análisis que se efectúan en el Laboratorio de apoyo del desarrollo tecnológico (Ladatec), que funciona en la Universidad Federal de Río de Janeiro. Por estos días el mundo se conmueve por el escándalo del Tour de Francia. Por el positivo del kazajo Alexandre Vinokourov y del italiano Cristian Moreni, por la forma en la que fue desplazado el danés Michael Rasmussen. ¿Alguien se anima a hacer la lista de estrellas del ciclismo internacional que cayeron en los últimos dos años por el doping? Es interminable. Mejor ni pensarlo.

Pero, ¿qué hace que esto ocurra en el ciclismo y no en otros deportes? Nadie puede ser tan ingenuo como para pensar que en 2007 sólo en las dos ruedas se utilizaron medicamentos prohibidos. No hay que olvidarse de la racha que vivió el atletismo hace un par de años tras el caso Balco. Ni tampoco del impoluto Mundial de natación de Melbourne de este año, un canto al juego limpio. Sencillamente no puede ser. Tal vez un día aparezca la persona a la que se le ocurra explicar cómo funciona la Interpol de la droga deportiva.

Para que diga por qué hay persecuciones descarnadas; por qué hay competencias exclusivas de tramposos y rachas de controles positivos; porqué hay torneos con más de 5000 atletas que no cayeron en la tentación del doping. Algún día tendrán que contar la verdad. De lo contrario, la gente podrá pensar que los controles también pueden controlarse.


fuente: La Nación

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