domingo, marzo 23, 2008

Polémicas olímpicas

Por ahora sólo se habla de la falta de respeto por los derechos humanos, la situación política en Tíbet, el peligro de atentados, la contaminación ambiental y el clima húmedo y agotador para los atletas.

Así como el hiperprofesionalismo y la maquinaria publicitaria han invadido el primitivo carácter amateur de los Juegos Olímpicos, también es notorio que la fachada deportiva del megaevento está condicionada por la economía y la política. Desde que el Comité Olímpico Internacional (COI) le entregó a Beijing el 13 de julio de 2001 el honor de organizar los Juegos de la XXIX Olimpíada, no pasó desapercibida la importancia estratégica que asumían los organizadores chinos. Pero también hubo resquemores.

El respeto por los derechos humanos, la situación política en Tíbet, el peligro de atentados, la contaminación ambiental, el clima húmedo y agotador para los atletas... Aquellos puntos que asomaban hace siete años como posibles piedras en el camino, hoy son polémicos a metros de los Juegos Olímpicos.

Mañana se encenderá la antorcha en Olimpia, la mítica ciudad griega. Que la tradicional ceremonia vaya a estar prácticamente blindada para evitar sabotajes marca lo urticante del tema.

La represión de China a las manifestaciones proindependentistas de Tíbet no sólo provocó 13 muertos, cifra entregada por las autoridades oficiales (el Gobierno tibetano en el exilio habla de 100). El conflicto despertó protestas en Europa, India y Estados Unidos. Y se comenzó a hablar de boicot, la palabra tan temida por el COI, que no dijo ni mu.

Si bien el presidente del Parlamento Europeo, Hans-Gert Poettering, se sumó ayer a quienes piden considerar un boicot si China no cambia su actitud respecto a Tíbet, esa medida extrema está lejos de concretarse.

Lo que sí expresaron las potencias occidentales es la necesidad de que China "modere" su reacción y dialogue con el Dalai Lama, ícono de Tíbet. Reporteros sin Fronteras llamó a que los líderes internacionales boicoteen la ceremonia inaugural del 8 de agosto, pero el pedido no tuvo mucha aceptación.

Para el COI, todo debe seguir como si nada. Salvando las distancias de época, si los Juegos Olímpicos de Munich 72 continuaron después del asesinato de 11 atletas israelíes y de cinco de los ocho terroristas islámicos que los secuestraron en la villa Olímpica, ¿cómo imaginar que no se lleve adelante Beijing 2008?

Curiosamente, Steven Spielberg, director de "Munich", que relata la cacería del Mossad israelí contra los ideólogos de aquel ataque de "Septiembre Negro", también armó revuelo en China. El estadounidense renunció como colaborador artístico de las ceremonias de apertura y de clausura por su desacuerdo con la posición de China hacia Darfur, región de Sudán donde al menos hubo 200 mil muertos.

Un Juego Olímpico es una apuesta fuerte a la hora de un atentado. Y el Gobierno chino se ocupó de anunciar que había desbaratado un ataque contra un avión y un comando terrorista.

La contaminación del aire y la rigurosidad del clima en agosto en Beijing llevaron al atleta etíope Haile Gebreselassie, bicampeón olímpico y cuádruple campeón mundial de los 10.000 metros, a no correr el maratón. "No quiero suicidarme en Beijing. El maratón será imposible por la combinación de la polución, el calor y la humedad", dijo.

La Comisión Médica del COI le dio la razón tras analizar el aire de la ciudad en agosto. "Para las pruebas al aire libre que suponen un mínimo de una hora de esfuerzo físico contínuo a alto nivel, las investigaciones indicaron que puede haber algún riesgo. Hay que tener un plan B", sostuvo en relación al triatlon, el maratón y las pruebas de marcha, natación en aguas abiertas, ciclismo en ruta y mountain bike.

La cuenta regresiva se acerca al cero. Beijing 2008 está a la vuelta de la esquina. Pero parece que en la recta final todavía habrá obstáculos por esquivar.


fuente: Clarín

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