lunes, diciembre 24, 2007

Rodríguez, en política, no necesita de la velocidad

A los 45 años, la múltiple campeona mundial y panamericana trabaja como concejala del partido vecinal Acción Marplatense.

Hoy, cuando a los 45 años no necesita de la velocidad que la llevó a ganar cinco títulos mundiales y cuatro medallas doradas en los Juegos Panamericanos pero sí acertar en la estrategia para una carrera donde si la plantea mal la que pierde es la gente, a Claudia Rodríguez no se le marchitó ni un poquito la sonrisa. Aquella simpatía que viene de los tiempos en que, como fondista estrella del patín carrera, salía seguido en las tapas de los diarios y bien arriba en las páginas de deportes.

Hoy, lo suyo pasa principalmente por la política, pero sin olvidarse de lo que sabe. Porque además de concejal del partido vecinal Acción Marplatense, que llevó a Gustavo Pulti a la intendencia de General Pueyrredón al batir en las elecciones al candidato del Frente para la Victoria, Claudia tiene voz y voto cuando de cuestiones deportivas se trata.

"Cumplí mi mandato de cuatro años como concejal de la oposición y ahora que soy oficialista no voy a cambiar mi concepción de las cosas. Por ejemplo, ahora se está hablando con el gobernador Daniel Scioli de la construcción de un centro de alto rendimiento en esta ciudad. Yo preferiría hablar de un centro de rendimiento deportivo porque abarcaría a más gente, creo que se acercarían más deportistas. Personalmente, del alto rendimiento, hummm..." y frunce el ceño la concejal Rodríguez.

Cuenta al pasar que le puso Estefanía a su hija -profesora de Educación Física, 23 años- por la admiración que le despertaba su más enconada rival de la época, la italiana Estefanía Germandi. Y dispara algo que merecería al menos un debate: "A mí me fue bien, pero estoy convencida de que la sponsorización individual es más importante para el deportista que para el deporte".

Mientras participa en la campaña "Mar del Plata, 12 meses" para que La Feliz deje de ser un centro turístico de 80 días, Claudia Rodríguez, desde el humilde barrio El Progreso, mira a la otra Mar del Plata. Esa que no se ve cuando uno está de paso y en el océano Atlántico, de cara al sol o con el agua hasta la cintura.


fuente: Clarin

No hay comentarios.: